Una necesidad de formación que además con todos los cambios que se avecinan irá in crescendo. De hecho, un 60% piensa que el coche autónomo cambiará por completo la formación del usuario. No obstante, en la actualidad existen muchas dudas en los conductores sobre la conducción autónoma, ya que dos de cada tres no se imaginan en sus manos, si bien un 30% abre una puerta en el futuro a cambiar de idea. En cambio, un 34% afirma que sí está dispuesto a dejarse llevar.
Asimismo, es curioso comprobar cómo la percepción del coche autónomo según qué edades tiene mayor o menor rechazo. Así, entre los jóvenes de 18 a 24 años el rechazo total a dejar de conducir y que “les conduzcan” es mayor, un 28,5%, que entre adultos de 55 a 64 años –un 10%-, y es que cuando un conductor se inicia precisamente prefiere conducir, mientras que llegados a edades más adultas empieza a imponerse la comodidad, también por la pérdida de facultades. No obstante, a pesar de los vaivenes de opinión de los españoles ante el coche autónomo, no existe en ningún caso un rechazo a la tecnología en el vehículo, todo lo contrario, ya que ocho de cada diez afirman que utilizan con frecuencia todos los dispositivos que equipa su coche.
Sin embargo, con toda la tecnología que incorpora el coche y todo lo que se avecina, los conductores necesitan que alguien les enseñe, un rol que se lo atribuyen a las marcas y concesionarios, hasta un 76%. En cambio, sólo uno de cada cuatro piensa que debe ser la posventa del vehículo y un 20%, las autoescuelas. Por debajo, la DGT, ya que apenas un 15% afirma que debe ser este organismo quien lidere la instrucción tecnológica. Por tanto, ya no se trata sólo de aprender a conducir, sino además saber manejar un coche cada vez más tecnológico, pero el conductor piensa en este caso que necesita una ayuda más particular y directa.
Eso sí, de momento y a pesar de su importancia creciente, la tecnología no es uno de los principales factores de compra, tal como quedó patente en la primera edición de este estudio, que situaba precio, consumo y diseño como los tres aspectos fundamentales para decidir la compra de un coche, por encima de la seguridad y de la conectividad, protagonistas de los desarrollos tecnológicos actuales y ya habitual en los vehículos que conducimos, pero que de momento no es tan decisiva.