El estudio “Kellogg, Sencillez desde el origen”, en el que han participado más de 800 españoles de entre 18 y 65 años, refleja el nivel de conocimiento existente sobre las nuevas tendencias de alimentación. También desvela la necesidad de disponer de más información tanto de la composición de los alimentos, como de su origen, su proceso de elaboración y su impacto en el medioambiente y en la sociedad.
Existe un gran desconocimiento sobre lo que realmente significan ciertas tendencias de alimentación. El concepto de dieta Plant-based, basada en alimentos de origen vegetal, es la mejor reconocida por los españoles. En concreto, un 41% de los encuestados saben que se trata de una dieta en la que principalmente se comen alimentos de origen vegetal, es decir: frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, … manteniendo un consumo moderado de alimentos de origen animal.
Así mismo, tal y como ha explicado Patricia Fresneda, responsable de Marketing de Kellogg en Iberia: “Existe tal confusión en torno a la definición de alimento procesado que cuando preguntamos a los españoles casi por igual relacionamos el concepto con el número de ingredientes que contiene, con la naturalidad de esos ingredientes o con la complejidad de su proceso de elaboración o cocinado”. Ocurre lo mismo con el movimiento que defiende la “comida real”. El 78% de los encuestados declaran no saber en qué consiste o tienen una idea equivocada de su significado.
En respuesta a esta necesidad de mayor información y transparencia que demandan los consumidores, Kellogg ha presentado hoy en toda Europa su nuevo Manifiesto de Bienestar. Se trata de un plan de acciones para mejorar sus alimentos, de manera que sean aún mejores para la nutrición de las personas, para el planeta y para la sociedad.
La compañía ha anunciado que seguirá mejorando la composición de sus alimentos, sin renunciar a su sabor. En concreto, afirma que eliminará al menos el 20% de la sal para finales de 2022 y se reducirán en un 10% los niveles de azúcar de los cereales infantiles, renovándolos y haciéndolos más saludables. Además, seguirá aumentando el aporte de fibra.
En cuanto a naturalidad, gran parte de sus alimentos tiene un proceso de cocinado tan simple como que un grano de arroz es estrictamente un grano de Choco Krispies, simplemente cocido a una humedad, temperatura y tiempo determinados para garantizar que el resultado es un grano inflado y crujiente. También podemos decir que un copo de Corn Flakes es simplemente parte del grano de maíz. Cocido, pasado por un rodillo para que coja su característica forma laminada, y vuelto a tostar para que quede crujiente.
Respecto a la sostenibilidad de los envases, desde hace apenas unas semanas Kellogg está utilizando un nuevo tipo de paquete de cereales con menos espacio de aire y embalaje. Esto significa que va a utilizar cerca de 190 toneladas menos de cartón y plástico al año, lo que, combinado con la eficiencia del transporte, eliminará 700 toneladas de carbono al año.
Por otra parte, dentro de su compromiso con la sociedad, Kellogg se compromete a alimentar a más de 30 millones de personas necesitadas a través de los Bancos de Alimentos.
Desde hace más de 100 años, Kellogg ofrece un desayuno nutritivo y delicioso a las familias, ofreciendo en todos sus cereales, al menos, uno de los nutrientes esenciales. Con este Manifiesto de Bienestar, la compañía demuestra su compromiso por seguir mejorando sus productos y su calidad nutricional, así como la lucha por la sostenibilidad del planeta.