“10.059km y un océano de por medio, no fueron obstáculo para que, desde Buenos Aires, aterrizaran en Madrid: Rilova, Rolando, Esquenazi, Rousselot, Dreyfus, Resquín, Raposo, Ostiglia, López Ghisolí, Nonzioli…etc y tantos talentos que desde siempre han compartido trinchera con la moderna publicidad española que emerge con fuerza desde los 70s hasta el fin de siglo.
Nos unía la historia, la lengua, el descaro…
Era la primera etapa lógica de fusión internacional entre dos países, dos culturas, pero un solo objetivo mundial: crear bloque frente a la intratable hegemonía sajona.
La arrolladora industria americana y la finura británica, marcaban el pulso creativo en una lengua, demasiado ajena a nuestro día a día…había que actuar.
Y así fue, así es y así será, coyunturas políticas y económicas, facilitaron un mestizaje profesional nuevo y talentoso. Este ADN argentino, lleno de sarcasmo y humor para contar historias cotidianas y hacerlas memorables, impregnó a la publicidad española.
Cuando hablamos de ello, fue muy fácil compartir ilusiones con Santiago Olivera, Presidente de la Academia de la Publicidad Argentina, nos avalaban muchas décadas de experiencias, muchas trayectorias comunes, mucho conocimiento mutuo, notariado a través de FIAP, SOL, etc.
Mucha admiración a la historia y, sobre todo, a un presente brillante de la publicidad latino/española.
Por ello, estamos contentos, desde la Academia de la Publicidad de España, de que nuestro primer paso internacional, haya saltado hasta Buenos Aires.
Habrán iniciativas y proyectos comunes que podremos desarrollar, intercambiando experiencias previas y objetivos equivalentes.
Argentina y España, seguirán identificando y honrando, a todos estos profesionales que en su trayectoria, nos dejaron un legado, envuelto en orgullo y talento y que les hace acreedores del Honor más alto y, además, unirán esfuerzos en desarrollar espacios de debate y cultura de nuestra historia publicitaria para ser ejemplo, guía e inspiración a las futuras generaciones, que seguro, continuarán ese hermanamiento.
El tango en Madrid, sigue sonando, y no será el último”.
