La cantidad de datos creados, consumidos y almacenados en el mundo crece cada año a un ritmo imparable. La sociedad lleva años sumida en un proceso de digitalización por el cual se generan cada vez más datos, pasando de dos zettabytes en 2010 a 64 zettabytes el pasado 2020, tal y como desprende Statista. Según las previsiones señaladas por esta misma fuente, en 2025 el volumen de datos generados en todo el mundo superará los 180 zettabytes, lo que conlleva un aumento anual de casi el 40% en cinco años.
Gracias al Big Data, las organizaciones pueden gestionar grandes volúmenes de información que les ayuden a definir y enfocar su estrategia comercial. Pero las pymes se sienten intimidadas cuando escuchan hablar de estas tecnologías, y tan solo 10% de las pequeñas y medianas empresas aprovechan el Big Data para realizar analíticas, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), un porcentaje mucho menor si se compara con las grandes empresas (30%). Por este motivo, atSistemas, consultora 100% española de servicios digitales, apunta las claves para que las pymes saquen provecho del Big Data:
- Acceso a herramientas digitales. Una de las barreras más mencionadas a la hora de excusar la falta de digitalización de las pymes es la inversión necesaria para adquirir y formarse la tecnología necesaria. Gracias a las ayudas del “Kit Digital”, la iniciativa del Gobierno de España que tiene como objetivo subvencionar la implantación de soluciones digitales en las empresas españolas, las pymes podrán en 2022 acceder a estas herramientas tecnológicas que les ayuden a implementar la digitalización.
En la nube existen opciones accesibles de programas de análisis de datos para recopilarlos y analizarlos de forma eficiente como Google Analytics, que recolecta los datos que la empresa necesita a partir de la combinación de los navegadores utilizados, uso de cookies y el código JavaScript. También existen herramientas como Mailchimp, que con sus funciones analíticas permite comprobar si una campaña de marketing ha sido exitosa o no, analizando todos los datos relacionados con esta; o Google Ads, enfocada en la inversión publicitaria online de las marcas y en el diseño de campañas empleando el Big Data para la elección de los targets. Las pymes que apuesten por el uso de herramientas como estas, podrán obtener una mayor información del cliente y las tendencias del mercado para poder tomar las decisiones correctas para el negocio y, con ello, ser más competitivas.
- Consolidación y mantenimiento adecuado de los datos. Para que los datos sean válidos de cara a transformarlos en estrategias de marketing y ventas, el primer paso que debe dar la empresa es recopilarlos de la manera más adecuada en función de sus intereses. Esto implica tener la información actualizada de forma periódica, y así mantener los datos al día, pero también que deben ser ordenados, pues únicamente el 20% de la información es estructurada y eso puede provocar múltiples errores y afectar a su calidad, tal y como apunta Powerdata.
- Personal especializado en el tratamiento de datos. La demanda de profesionales de este sector crecerá, según LinkedIn, un 54% hasta 2030. Según estimaciones de DigitalES, solamente durante el primer mes de 2022 la cifra de posiciones sin cubrir en el sector tecnológico en España llegará hasta las 100.000. El talento humano es el valor más importante de una organización, por lo que es de vital importancia para las empresas retenerlo y apostar por la formación. En el actual contexto de escasez de talento tecnológico, son muchas las empresas que optan por subcontratar a estos profesionales especializados en el análisis de datos, pero esto supone un coste considerable para las empresas a largo plazo, ya que la evolución digital implica un aumento de su presencia digital. Por ello, resulta esencial para el crecimiento de las empresas apostar por empleados expertos en datos que sean capaces de conseguir y captar información relevante para la estrategia de la organización a partir de los mismos.
- Cambio cultural. La digitalización no sólo se corresponde al hecho de emplear soluciones digitales, sino que también exige un cambio de mentalidad y de cultura corporativa, una transformación de empresa con pensamiento analógico a una con pensamiento centrado en el dato. Existe cierta reticencia a lo tecnológico, una barrera cultural que hace que las pymes no se sumen al proceso de transformación digital y, si no ponen de su parte, acabarán perdiendo clientes. En línea a esta situación, tan solo un 5% de los líderes de las empresas españolas cree que su propia empresa tenga una cultura digital fuertemente asentada, según apunta Capgemini. Para conseguir sumarse al proceso de digitalización las empresas requieren de un cambio cultural a todos los niveles, para que la transición a los entornos digitales sea lo más eficiente posible.