El equipo de Research de MediaCom está siguiendo al detalle cómo afecta el COVID-19 a los ciudadanos y a las marcas y qué implicaciones reales tiene en el consumo. A continuación os dejamos unas pequeñas píldoras de los análisis realizados en el mes de abril.
La preocupación mueve la economía
Durante el mes de abril la preocupación ha sido la brújula de la economía, ya que su grado ha afectado a la contención y a la deseada expansión tras el fin del confinamiento.
Los españoles seguimos muy preocupados por la situación que vive el país y por el impacto en la economía, conforme se prolonga la crisis.
También seguimos muy preocupados por la salud de los mayores y, aunque los datos diarios de de muertes y contagios y a la liberación de camas UCI ha evolucionado favorablemente, ha seguido visible la preocupación sobre si el sistema de salud podía hacer frente a la situación actual y a un posible repunte.
Parece ya claro que el impacto en la economía va a ser grave y duradero, una vez superado el virus: 3 de cada 4 españoles no cree que la economía se recupere rápidamente (dato más pesimista en España comparado con otros países).
Estas preocupaciones y la incertidumbre sobre la duración del confinamiento, hace que los españoles tengamos las emociones a flor de piel.
Se detectan 7 fases –ver ppt adjunta–, frente a las 5 que señalan los psicólogos y en abril dejamos atrás la fase del ajuste. Y aunque ya nos encontrábamos más aclimatados al confinamiento con rutinas y actividades, las tensiones y las emociones negativas crecen ante un futuro incierto, sobre todo a nivel económico y laboral, aumentan y sentimos cada vez más resistencia e incluso temor. Para la comunicación de las marcas es clave que sean muy sensibles con este estado de ánimo y que, ahora más que nunca, ofrezcan una perspectiva positiva, que nos hablen en un tono reconfortante y, además, demuestren su compromiso con la sociedad en este momento de crisis.
El impacto en el comportamiento de la compra y el consumo. Foco en alimentación:
El hecho de que cada vez nos hayamos encontrado más “aclimatados” al confinamiento, nuestro comportamiento de compra se ha ido adaptando a la par. En contraste con los aumentos de la frecuencia de compra previamente a la declaración del estado de alerta, impulsados por el miedo al encierro y el desabastecimiento (la fase de “preparación”), en abril hemos estado varias semanas reduciendo las veces que hemos acudimos al supermercado. Una media de unas 4,7 veces, comparada con los 5, 5 veces antes del comienzo de la crisis causada por el Coronavirus.
Sin embargo, el volumen total de compra se ha visto incrementado, ya que en cada compra hemos gastamos más: Desde finales de marzo está en máximos históricos de 24€ de ticket medio comparado con los 16€ de antes de la crisis, aumentos de unos 45% vs las mismas semanas del año pasado. En cada compra hemos llenado la cesta más para evitar salir a la calle, pero también porque las ocasiones de consumo fuera del hogar, como las salidas a los restaurantes, se han trasladado a casa. Así que, semanalmente estamos gastando un promedio de 114€, comparado con 90€ antes del confinamiento ( +25%).
Cuando compramos, intentamos de hacerlo más cerca de casa posible, lo que beneficia a los supermercados regionales y al grupo DIA. Pero también el e-commerce aumenta: Durante el confinamiento, el 13% ha comprado por primera vez alimentación y bebidas online – un nuevo hábito que tiene mucha probabilidad de consolidarse y mantenerse incluso a la vuelta a la nueva normalidad. Para ello es clave, que el canal online ahora sepa responder a la creciente demanda.
A medida que el confinamiento se ha ido alargando, por un lado, nos hemos estado permitiendo más caprichos como helados o chocolates, pero al mismo tiempo hemos dedicado más tiempo a la cocina e intentamos de comer más sano, ya que somos más conscientes de nuestra salud y para contrastar la falta de movimiento y ejercicio.
Pero también volvemos a recurrir a la comida a domicilio. Después de que había descendido las primeras semanas del confinamiento, en las últimas semanas los pedidos a través de apps como Deliveroo ha aumentado un 38% comparado con niveles antes del estado de alerta.
El impacto del fin del confinamiento escalado del covid-19 en las emociones del consumidor y el consumo de medios.
¿Qué impacto va teniendo el desconfinamiento en las emociones del consumidor? Tras 8 semanas de confinamiento, un tercio de los españoles empezamos a sentir alivio y ganas de volver a la normalidad, aunque un 60% lo hacemos con cautela. Este alivio en parte también se refleja en el consumo de medios, donde el 61% de los españoles declara haber aumentado su consumo de TV en abril versus marzo, que es un ligero descenso comparado con el inicio del confinamiento (68%) ya que se ha empezado a notar una cierta saturación de las noticias y poco a poco estamos pasando más tiempo fuera de casa. Sin embargo, especialmente aumenta en el medio Online, a través del consumo de plataformas de Comunicación, Video Online y Redes Sociales.
¿Qué pasará después del COVID?
El pasado 26 de abril los niños fueron los primeros que dieron el primer paso en la fase de desescalada y disfrutaron de un rato al aire libre y experimentado en primera persona lo que durante los próximos meses será una vuelta paulatina a lo que hemos llegado a llamar la “nueva normalidad”.
Somos conscientes de que esta vuelta a la nueva normalidad aún tardará meses en llegar. Así lo reflejan los últimos datos de Zinklar: casi 7 de cada 10 españoles cree que no será antes de los próximos 5 meses. Un dato que ha ido empeorando conforme se alarga el estado de alerta. Aunque tal vez se ve influido por el estado de ánimo que no es fácil deflactar.
También creemos que en esta vuelta a la normalidad muchas cosas serán distintas, pero también, poco a poco, muchas cosas volverán a ser como antes. Claramente, en estos días de confinamiento, muchos estamos preocupados por la situación económica del país y por cómo esto afectará a nuestros hogares. Imaginando cómo será nuestra vida distinta una vez terminada la crisis. ¿Valoraremos las cosas de otra manera? ¿Habrán cambiado nuestras prioridades? ¿Habremos desarrollado nuevos intereses y habilidades? y ¿los mantendremos una vez que podamos salir de casa, que volvamos de nuevo al lugar de trabajo, a las escuelas y universidades?
Un estudio interno de MediaCom ha demostrado que un 39% cree que las cosas serán distintas, y solamente un 22% piensa que esta llamada “nueva normalidad” será igual que antes del Coronavirus. En concreto, hablando de nuestra manera de disfrutar el tiempo libre, el 40% dice que volverá a disfrutarlo de la misma manera que antes, pero más de la mitad de los españoles (56%) sí que cree que disfrutará de otra manera, aprovechándolo para más actividades con la familia y amigos, dentro o fuera de casa. Por lo cual tampoco sorprende que lo primero que se quiera hacer después del confinamiento es ver a nuestros seres queridos, seguido del disfrute de la naturaleza y los espacios abiertos.
Pero también echamos mucho de menos pasear por nuestras ciudades y disfrutar de este ocio tan típico para nosotros: ir a tomar unas cañas a nuestro bar favorito, sentarse en una terraza… En definitiva, pocos pensamos que saldremos de esta crisis siendo más caseros que antes, a pesar de todos los hobbies y actividades que seguramente estemos descubriendo ahora.
Para las marcas será clave mantener el pulso sobre los hábitos de los españoles en esta paulatina vuelta a la nueva normalidad. Ya que algunos nuevos hábitos resultarán solamente transitorios y volverán a los de antes, pero otros cambios de hábito van a ser más estructurales y se mantendrán, con sus respectivos impactos en el consumo.
Vacaciones en tiempos de covid-19. seguridad y finanzas, las prioridades
El consumidor Post-COVID-19 tiene muchas ganas de retomar sus vacaciones, pero la seguridad y situación financiera darán prioridad a viajes nacionales
A pesar de que el sector de viajes es uno de los más afectados por la crisis del COVID-19 y aún no se sabe cuándo se podrá volver a viajar, la llegada del verano y el inicio de la desescalada han propiciado que los españoles queramos recuperar nuestros planes frustrados de vacaciones. Entre los que tuvieron que retrasarlos, casi la mitad (46%) prioriza la compra de vacaciones para después de la crisis del COVID-19, según el estudio Coronavirus (ola 3) del Global Web Index.
El fin del confinamiento nos produce tanto alivio como temor por la situación laboral, económica o los posibles repuntes del virus. Los españoles tienen muy claro que solo retomarán sus vacaciones cuando se sientan seguros a la hora de viajar, si su economía se lo permite. Aquellos que decidan y puedan viajar afirman que se decantarán por viajes nacionales en lugar del extranjero o estancias locales y de corta distancia.