Tarde o temprano, todos los padres tendrán que enfrentarse a la compra del primer móvil de su hijo adolescente o preadolescente. A partir de ese momento, todo el conocimiento que hay en el mundo se pondrá al alcance de sus manos.
Según informa Panda, empresa española especializada en la creación de soluciones de seguridad informática, resulta evidente que se trata de una moneda de dos caras, porque Internet también es la puerta a todo tipo de riesgos que se escriben en inglés como el mobbing, el phishing, el scamming o el ransomware. Y todos estos términos tienen un denominador común: todos provienen de personas que pueden aprovecharse de que la inocencia y desconocimiento de los niños y adolescentes en muchos ámbitos.
Sin embargo, otro denominador común entre los adolescentes es que, salvo excepciones, suelen creer que conocen y dominan su entorno cotidiano, ya sea digital como analóigico. Y es ahí donde se encuentra el mayor riesgo de todos, ya que en muchas ocasiones realizan acciones a espaldas de sus padres, pese a sus advertencias.
De hecho, la mayoría de los adolescentes esconde, de un modo u otro, dentro de su móvil algo para que sus padres no lo descubran. No tiene por qué contener acciones de mobbing o de sexting obligatoriamente. En la mayoría de los casos, los menores borran su historial de navegación o guardan, dentro de alguna carpeta ‘profunda’, una foto o vídeo de contenido pornográfico o de violencia explícita, algún mensaje subido de tono con amigos o parejas o una conversación sobre alguna gamberrada de fin de semana.
Tanto es así que incluso hay aplicaciones como Poof, una herramienta que ‘engaña’ al sistema de geolocalización a otras apps del móvil. Aunque la aplicación está creada para calcular cuánto costaría un trayecto en una bici de alquiler o para indicar puntos de referencia para quedar con amigos, lo cierto es que los chavales usan esta app para que sus padres no sepan dónde están realmente.
Igual de delicadas son Vaulty y Hide It Pro. Dos apps para esconder archivos dentro del móvil. Vaulty es una app para Android que permite proteger con contraseña fotos y vídeos que además no están visibles en la galería principal de imágenes. Además, la app hace una foto de la persona que intente acceder a los archivos con una contraseña incorrecta. Aunque se trata de una herramienta de gran valor en entornos profesionales en los que se maneja información confidencial, es una app que no debería estar en el móvil de ningún niño. Por su parte, Hide It Pro está pensada para que cuando los padres la vean en el móvil piensen que es una app para controlar el volumen y la ecualización de la música que escuchan. De hecho, sirve para eso. Sin embargo, si se mantiene pulsado el icono de la aplicación durante varios segundos, repentinamente aparecerá una ‘pantalla secreta’ donde esconder fotos, vídeos, mensajes y otras aplicaciones como todas las anteriores que hemos comentado en este post.
Aunque ya han desaparecido las controvertidas Secret y Yik Yak, dos aplicaciones para hacer confesiones anónimas que se acabaron convirtiendo en altavoces de mensajes racistas y de mobbing, el mercado de las apps de comunicación anónima sigue muy vivo.
Es el caso de Whisper, la aplicación de moda para difundir secretos en Internet con millones de descargas en todo el mundo. La página de descarga de la app presume por medio de una infografía que “lo que compartes con tus amigos sólo es la punta del iceberg, el resto de la información está en Whisper”. Esta red social ideada sólo para móviles está creada para intercambiar consejos y “obtener primicias”, con lo que puede ser el caldo de cultivo perfecto para difundir bulos o ‘fake news’. Whisper existe desde 2013 y ha vivido más que sus ‘hermanas’ ya desaparecidas Secret y Yik Yak.
En cuanto al contenido erótico, hay que vigilar de cerca de Down. Se trata de una especie de Tinder en cuya carta de presentación en su página de descarga de Google Play presume de ser “la manera secreta para salir o coger con personas que están cerca” (entiéndase coger por su acepción grosera en Latinoamérica). La app se conecta con Facebook para hacer una clasificación de los amigos entre personas con las que te gustaría pasar el rato o gente con la que ligar.
KiK Messenger una aplicación de mensajería en la que no se puede verificar la identidad de los remitentes. De este modo, los menores pueden compartir lo que han hecho o lo que van a hacer sin que ningún adulto pueda pillarlos ‘in fraganti’. Se trata también de una app a la que los depredadores sexuales y acosadores le pueden sacar mucho partido.
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