Hace un par de días, la ciudad de Nueva York se levantó plagada de unos anuncios inusuales: unos carteles en negro con letras en blanco anunciaban el lema ‘We love NYC’, cambiando la palabra love por un corazón en relieve. Con esta nueva campaña, las autoridades de la Gran Manzana han querido potenciar el turismo tras la pandemia. ¿El problema? Para ello han sustituido el emblemático logotipo de ‘I Love NY’ que ha sido serigrafiado, en sus 50 años de historia, en millones de camisetas, gorras y estandartes. Un claim que los ciudadanos entendían como un himno.
La reacción de los neoyorquinos no se ha hecho esperar y desde anteayer han plagado sus redes sociales con múltiples comentarios de rechazo por "haber sustituido un icono de la ciudad" y por “el error de modernizar un clásico en vez de inventar algo nuevo”. Incluso, muchos han tachado o rasgado los carteles que aparecían en las calles, en señal de protesta.
El logotipo ‘I love NY’ llevaba en la vida de sus habitantes medio siglo y supuso para la ciudad una tabla de salvación de cara al turismo. También un motivo de orgullo. Para entenderlo hay que viajar a la década de los 70. En aquel momento, Nueva York se encontraba en un momento muy delicado: los índices de criminalidad habían ascendido a 1.700 homicidios anuales y las montañas de basura se amontonaban en las calles. Los problemas de robos, narcotráfico y suciedad sumieron al lugar en una situación muy inestable. Incluso se dispararon las cifras de asesinos en serie; más que en cualquier momento de su cronología. Tal era la cuestión que la city sirvió de inspiración para las historias más cruentas de los cómics de la época de Batman y la ciudad de Gotham.